Repasar los logros y detectar las oportunidades de la economía malagueña es una encomienda que se me antoja compleja y muy ambiciosa. A pesar de ello intentaré hacer un análisis desde la óptica de un modesto emprendedor comprometido de su ciudad natal, Málaga.
Antes de nada evocaré una cita del gurú y profesor de Management Peter Drucker que nos dice así: “the most common source of mistakes in management decisions is the emphasis on finding the right answer rather than the right question”.
Según la enseñanza que se desprende de la anterior cita, solemos caer en el error de enfocarnos en dar respuestas correctas antes siquiera de pensar si nos hemos hecho las preguntas adecuadas.
¿Estamos ante un cambio coyuntural o estructural de la economía en Málaga?
¿La sostenibilidad es una estrategia o un fin en sí mismo?
¿Conocemos nuestro DAFO?
¿La economía del conocimiento como tabla de salvación o bien la podemos considerar una oportunidad real presente y futura para Málaga?
A continuación intentaré dar respuestas, de manera deslavazada, a todas las preguntas que acabo de formular.
La fase cíclica expansiva de la economía nacional, que se inició allá por el 2003, parece que ha llegado a su fin y, como consecuencia, se avecina un cambio de tendencia. En este nuevo escenario, Málaga seguirá disponiendo de ventajas sostenibles y comparativas que, a buen seguro, mitigarán los efectos de lo que unos llaman desaceleración (acelerada) y otros la llaman crisis. Da igual cómo le llamemos, basta comprobar los principales indicadores macroeconómicos para llegar a la conclusión de que llegan tiempos difíciles, en los que las empresas tendrán que tensionarse y adaptarse a un mercado menos receptivo. Tampoco debemos caer en el derrotismo, pues los cambios de ciclo forman parte de las reglas del juego de la economía y los verdaderos empresarios, al igual que los capitanes de barco, tienen que saber dirigir la nave en medio de una marejada sin amedrentarse.
Comenzaré evidenciando la principal debilidad de nuestro tejido productivo, que no es otra que depender en exceso de sectores maduros, atomizados e intensivos en capital y mano de obra no cualificada. Y para colmo de males invierten poco en innovación y diseño.
Otra debilidad manifiesta: escasez del principal factor de producción, el capital financiero, debido a la cerrazón de las cajas y bancos que operan en Málaga. Esto supone que las empresas radicadas en Málaga no puedan disponer del crédito necesario, ergo, no realizan las inversiones productivas necesarias.
La principal amenaza para los agentes económicos malacitanos proviene de economías cuyos productos y servicios empiezan a tener una calidad parecida a la nuestra. Adicionalmente, al ser economías emergentes, muchas de sus empresas no dudan en practicar dumping, sin importarles las consecuencias a medio y largo plazo.
Mientras tanto, una de las fortalezas a resaltar de Málaga es su Universidad, demostrando día a día estar en la vanguardia en materia de gestión y calidad educativa. La Universidad de Málaga (UMA), aporta al sistema malacitano de innovación verdaderas capacidades sustentadas en sus equipos de investigación, muy competitivos. Prueba de ello son los resultados de la investigación universitaria que se están transfiriendo en mayor medida hacía las pequeñas y medianas empresas de Málaga. Estas últimas deben de ser sus principales ‘clientas’. Es un proceso natural, in crescendo, que supone mejoras sustanciales en nuestro modelo de crecimiento.
Es una realidad palmaria la existencia de una legión de empresas que han nacido al amparo de la UMA, a través de su exitoso programa de ‘Spin-off’. A todo lo anterior hay que sumar que Málaga dispone de stock suficiente de trabajadores del conocimiento que la economía demanda: cientos de egresados que cada año llegan desde nuestra Universidad y pasan a formar parte del mercado laboral. Aprovechemos esta situación de oportunidad para que Málaga ponga en valor este reservorio de trabajadores del conocimiento frente a Europa, principalmente.
Quiero poner de relieve la proliferación de empresas radicadas en Málaga y en sectores de actividad emergentes e intensivos en innovación: energías renovables (preferentemente energía solar fotovoltaica), TICs (Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones) y servicios de alto valor. Son nuestro mejor soporte para poder arrostrar con éxito este cambio de tendencia en nuestra economía.
En la actualidad, el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) resulta ser un verdadero biotopo de generación de valor en Málaga a través de sus cientos de empresas gravitando alrededor de la innovación, la tecnología y el conocimiento.
Sólo hay que darse una vuelta para ver que lo que ocurre allí es algo extraordinario: nacen o aterrizan más empresas y las existentes no paran de crecer y llevar a cabo sus planes de futuro.
Puedo aseverar que el nivel “reputacional” del colectivo de empresas que están radicadas en PTA ha alcanzado cotas inimaginables. Si hacemos una retrospección observaremos que hace apenas quince años no existían o bien estaban en fase larvaria.
Este tipo de industria juega un papel estelar al irradiar dinamismo y modernidad por doquier, ayudando a transformar otros sectores tradicionales que siguen siendo, hoy por hoy, la piedra angular de nuestra economía malagueña.
PTA y UMA forman una unión perfecta y sincronizada donde sus ‘inputs‘ incardinados se transforman en magníficos ’outputs‘: empresas ’made in Málaga’. Éstas si son empresas comprometidas con su ciudad o zona de influencia, debido a que sus emprendedores mantienen una incuestionable raigambre. Esta fue la base del éxito del Silicon Valley, o bien, el caso de Finlandia: apuesta decidida de sus emprendedores locales al alimón con su Universidad; sin pasar por alto el constante apoyo y soporte por parte de las diferentes administraciones públicas y escuelas de negocios para que este proceso se dé en mayor medida.
Si se pretende mejorar o acrecentar el fenómeno del emprendimiento en Málaga tenemos que mejorar sobre la base que a continuación describo:
– Un mercado local más empático hacía esas empresas autóctonas versus alóctonas que no crean valor en la zona.
– Necesidad de verdaderos ’business angels‘ que actúen como ángeles custodios, dedicando su tiempo marginal en apoyar y hacer de mentor de nuevos emprendedores.
– Más recursos financieros destinados al capital semilla. Toda la partida presupuestaria que se ponga para tal fin será insuficiente. El ROI (Return On Investment) social y económico que obtendremos será altamente positivo en términos absolutos. Siete de cada diez proyectos terminan fracasando. Incluso los fracasos dejan poso a través de la experiencia acumulada, y en la mayoría de los casos, terminan por intentarlo de nuevo, empero, esta vez los errores cometidos se sortean con maestría.
– Equipos universitarios de investigación como úteros engendradores de nuevas empresas de base tecnológica y del conocimiento con clara visión de mercado.
En el momento de la concepción del PTA todos pensaban que debía enfocarse en atraer a cuantas más multinacionales mejor, que radicaran aquí sus centros de producción e I+D. Esto garantizaría el éxito del PTA, pensaban. Así fue. A comienzos de la década de los 90 Málaga estaba sumida en una profunda crisis y la única oportunidad que tenía el PTA pasaba por la inversión venida del exterior. Pero ocurrió algo inesperado: un grupúsculo de emprendedores pusimos en marcha proyectos empresariales que hoy son el verdadero sustento y columna vertebral del PTA.
Si comparamos lo que ocurrió a comienzos de la década de los 90 en el PTA, y lo extrapolamos a lo que ocurre hoy, u ocurrirá antes del 2010, observaremos que una pléyade de pequeñas empresas de nueva generación, procedentes la mayoría de “spin off” universitarios, están en estos momentos en proceso de metamorfosis acelerada y profunda en el seno del PTA. Me atrevo a vaticinar que una treintena de las mismas, en menos de un lustro, manejarán plantillas que superaran con creces la centena. Además, gestionarán una facturación que rondará los cinco millones de euros cada una de ellas y, unas perspectivas de futuro y crecimiento que romperán cualquier previsión. Esto ya está gestándose en el PTA. Esto al margen de las empresas de la primera generación que seguirán a un buen ritmo de crecimiento, sin dejarse impresionar por el ciclo económico adverso al que nos enfrentamos.
Enseñas como Isofotón, Novasoft, AT4Wireless, Aertec, Coritel, CITIC, Libera Network, Ingenia, Airzone, Isoft, Acerca,…, son una muestra real del tipo de empresas y organizaciones con fuerte potencial instaladas en PTA.
Desde aquí animo a los escépticos a visitar estas empresas y observar in situ sus centros de producción diseñados para el confort del trabajador del conocimiento. La ratio de productividad en estas empresas es su mejor aval. El sumatorio de esfuerzos de las mismas impulsará el desarrollo de la economía del conocimiento en Málaga y, por esta senda lograremos desacoplar nuestra economía, y así, seguiremos creciendo a un ritmo razonable.
Ciertamente no podemos obviar que la mayoría de las empresas del sector del conocimiento siguen siendo Pymes y aún no han alcanzado la masa crítica necesaria para dejar de ser vulnerables. Es por ello que a buen seguro todas ellas deben explorar la senda de la siguiente hoja de ruta de estrategias y objetivos:
1.- Alcanzar el Tamaño Mínimo Eficiente (TME). Se me antoja un modo eficaz: agavillar a las empresas mediante alianzas duraderas, sin descartar que estas alianzas pueda ser la antesala de un proceso de concentración de las mismas. Una consecuencia inmediata: el nacimiento de nuevos campeones andaluces en el sector TIC y del conocimiento.
2.- Incrementar la productividad reduciendo el diferencial entre producción efectiva y producción potencial. Si se reduce ese ‘gap’ aumentará el umbral de productividad.
3.- Mayor inversión en Innovación e I+D de manera recurrente y permanente.
4.- Internacionalización como vía de mejora competitiva. Yo parto del supuesto que las empresas andaluzas manejamos una información limitada o como a los economistas les gusta decir: una información imperfecta. Merced a las circunstancias, debemos mirar más allá de nuestras fronteras regionales y así asegurarnos la retroalimentación que lleva consigo el proceso de internacionalización en la empresa.
Málaga y Andalucía necesitan poner en marcha un nuevo modelo de crecimiento competitivo y avanzado que se sustente en la innovación económica y tecnológica como núcleo del progreso económico y social y, todo ello, gravitando alrededor de la economía del conocimiento.
La exégesis de dicho modelo tiene que sustentarse sobre la base de un considerable crecimiento de las empresas existentes, en concordia con una nueva hornada de empresas que seguirán instalándose en PTA, o bien en zonas de Málaga que ofrezcan un espacio en donde se pueda desarrollar proyectos empresariales de alto valor y con ciertas garantías. En este sentido, creo pertinente rescatar un proyecto que permanece en el ostracismo, al requerir la coordinación entre administraciones y, que a buen seguro, revitalizará las zonas más degradadas del Centro Histórico de la Ciudad. Me estoy refiriendo al proyecto denominado Tecnocasas (pisos en alquiler para jóvenes en los que se unirán la residencia y el lugar de trabajo). Este proyecto ha sido desarrollado por el prestigioso arquitecto y urbanista D. Salvador Moreno Peralta, malagueño de adopción y uno de sus ciudadanos ilustres.
Esta es la muestra fehaciente de la capacidad de desarrollar ideas y proyectos por parte de la ciudadanía. Sólo nos faltaría creérnoslo y a continuación ponerlos en marcha sin demora.