Las empresas en ningún caso deben perder dinero: regla de oro

El multimillonario Warren Buffett una vez dijo:“la primera regla en los mercados es no perder dinero y la segunda: no olvidar la primera regla”. Ciertamente este aforismo va dirigido principalmente hacia los inversores financieros, aunque no creo que hoy muchos de ellos puedan cumplir esa regla por mor del hundimiento de Wall Street.

Vale la pena enfatizar que esta regla resulta ser aplicable también al mundo de la empresa, y más concretamente al universo de las desvalidas pymes, que son la base de nuestra economía.

En estos momentos, más que nunca, nuestras empresas tienen que domeñar las posibles pérdidas, o dicho de otro modo: evitar destruir valor. Sé que es fácil decirlo, pero créanme, comprendo la dificultad que supone para un empresario llevarlo a cabo cuando todo se le pone en contra: el cliente deja de comprar y de pagar, el proveedor pone condiciones más dura, el banco, como es habitual en estos casos, te da la espalda, el estado sube los impuestos, etcétera. Al perro flaco, todas son pulgas.

No hace falta llegar a ser un arúspice para vaticinar que vamos a pasar una temporada de dificultad, donde los tiempos de bonanza económica han dado paso a un brusco cambio de tendencia. Si además se da la circunstancia por la cual los agentes económicos que dan sustento a la economía: las familias y las empresas, están fuertemente endeudadas. Simultáneamente persiste el runrún del tsunami financiero que nos ahoga y deprime; debido sobre todo a una cierta anomia y tancredismo de los reguladores. Por todo lo anterior podemos aseverar que nos encontramos ante un nuevo escenario contractivo provocado principalmente por factores exógenos.

Indefectiblemente, los empresarios tenemos que poner medidas al respecto y asegurar bien los anclajes del barco, pues me temo que comenzamos un tornaviaje a principio de la década de los 90. Recordarán aquellos años duros que fueron una ventana de oportunidad para el desarrollo de nuevas empresas. Concretamente, el Parque Tecnológico de Andalucía y las empresas más representativas del PTA surgieron en ese escenario de dificultad. Seguramente estamos en los albores de un nuevo modelo de desarrollo sustentado en lo intangible: el conocimiento.

El ladrillo y la especulación financiera dejan de ser la panacea. Llegó el momento de la Universidad y sus spin-offs, del espíritu emprendedor y la vida wired (1).Volvemos a ser los invitados de excepción en la fiesta de la economía. ¡Quién lo diría! Las startup, puntocom y empresas de base tecnológica vuelven a estar de moda, pero con la plana enmendada de los errores del pasado.

(1) Jerga californiana:

El espíritu emprendedor y la vida Wired: El trabajo en el ocaso de las carreras

Las empresas en ningún caso deben perder dinero: regla de oro

Francisco Barrionuevo
Presidente ejecutivo Novasoft
Presidente ejecutivo Fundación Manuel Alcántara