Hay que recibir con ilusión las medidas anunciadas por el Gobierno de la Nación que van encaminadas a impulsar la maltrecha economía. Me estoy refiriendo concretamente a: reducción de cinco puntos del Impuesto de Sociedades a las empresas con menos de 25 trabajadores que mantengan su plantilla; plan para facilitar la creación de empresas en 24 horas; ley de Economía Sostenible para impulsar un nuevo modelo productivo. Y por último el fondo de 20.000 millones a través del ICO con colaboración privada para proyectos innovadores y 5.000 millones para un nuevo plan de inversiones municipales.
Ciertamente podemos pensar que son insuficientes, no obstante tenemos que ser positivos y creer que con medidas así daremos pasos firmes hacía la recuperación.
Sin embargo cada vez que leemos un ensayo y/o artículo sobre los motivos de la crisis nos deprimimos, ya que la mayoría de los ensayistas/articulistas resultan ser agoreros que conturban a una ciudadanía harta de todo. Paisanaje que en gran medida no llega a final de mes y que lo único que oye y lee son mensajes sin sentido, o lo que es peor, ninguna aportación que realmente esté embadurnada de sentido común y lleve implícita ciertos visos de lógica. A nadie se le ocurre pensar que la solución debe llegar a través de la microeconomía, cuyo prontuario gravita en las familias, empresas y demás agentes. En definitiva los agentes que sostienen la economía de un país.
No nos equivoquemos, la salida a esta crisis está únicamente en las manos de los empresarios/as. Sí, en los miles de pequeños empresarios y autoempleados que cada día van a su negocio a luchar contra todo. Ésos que todas las mañanas llegan muy temprano a su nave sita en el polígono industrial a las afueras de la ciudad. El comerciante que cuida con esmero su escaparate y mima a su cliente. El subcontratista que trabaja para las grandes empresas de la construcción y demás sectores. El agente comercial que no para de viajar y tiene en el ajo a su cónyuge e hijos cubriendo la retaguardia a la hora de gestionar los cobros, bancos y atender al teléfono mientras, de reojo, mira al fax para ver si ha entrado el pedido que le dé la alegría del día. Las empresas vanguardistas que derrochan ilusión desarrollando un nuevo producto y/o servicio y a la vez sufren porque las ayudas prometidas no llegan a tiempo… En todos ellos está la solución. Solo hay que ponérselo algo más fácil y confiar que el sumatorio de sus esfuerzos nos hará salir de la crisis. Crisis en la que nos hemos visto abocados por mor de apócrifos y disolutos empresarios que han dedicado su tiempo a la especulación y enriquecimiento personal mediante la canonjía y un execrable comportamiento. Pero no quiero hablar de éstos; el artículo tiene el objetivo de sublimar a los miles de empresarios/as, en definitiva superhéroes que permanecen al pie del cañón de su negocio y que no sucumben a la especulación. Su empresa es su vida y se la juegan cada día. No se arrugan ante la adversidad y tienen más moral que el alcoyano.
Que lleguen ya los tan anunciados créditos ICO e irriguen el tejido empresarial para permitir el normal funcionamiento de la empresa; sin crédito la economía se colapsa.
Que empiecen a pagar más presto a sus proveedores los ayuntamientos y entes públicos. Que las grandes empresas no se escuden en la crisis y se hagan los locos a la hora de atender los pagos pendientes con sus proveedores, la mayoría pymes que dependen de estos cobros para no verse obligados a cerrar sus empresas. Qué paradoja. Hace tan sólo un año, cuando estas grandes empresas, preferentemente centrada en el ladrillo, ganaban dinero a espuertas no les hacían partícipe de su magnífica situación a sus pequeños proveedores ¿por qué ahora que le van mal las cosas les trasladan su problema?.
Seguimos sin enterarnos. El sistema financiero no es lo que más nos debe preocupar. A la mayoría de esos empresarios/as de pymes les importa un bledo las pruebas de estrés y las ratios de eficiencia,…,. En otras palabras: los agentes sociales, económicos y los poderes públicos deben entender que todo gravita sobre la empresa y los verdaderos superhéroes están personificados en los esforzados empresarios/as que gestionan pymes en su mayoría. Que una ciudad sin buenos empresarios/as está destinada al abismo. Las empresas son las que reparten cuestiones imprescindibles: un puesto de trabajo, riqueza, y lo que es mejor, esperanza.
Paradójicamente cuando pensamos en quién o quiénes nos deben sacar de esta crisis se nos va la mirada hacía las grandes empresas del Ibex 35, o en su caso, hacia multinacionales venidas de otros lares. Somos un País de pymes y esta situación no es buena ni mala, es la que es y tenemos que aceptarlo y proponer medidas que apoyen directamente a nuestras pymes, como las anunciadas recientemente por el gobierno. Las pymes hoy por hoy son las que están sosteniendo la economía del país, al igual que el titán Atlas sostiene el mundo sobre sus hombros.
Corolario: son las pymes con sus empresarios/as al frente los que nos tienen que sacar de este atolladero en la que se encuentra la economía malagueña.
Francisco Barrionuevo
Presidente ejecutivo Novasoft
Presidente del Consejo Social de la Universidad de Málaga
Presidente ejecutivo Fundación Manuel Alcántara