La mayoría de padres y madres piensan que han externalizado la educación de sus hijos con el colegio al que mandan los susodichos; sólo esperan resultados en formato de boletín de notas. Al igual que una empresa llega a externalizar algunos de sus procesos, subcontratando a una tercera empresa más especializada. No obstante, hay una premisa básica a la hora de externalizar, y que nos viene a decir que nunca se debe hacer con los procesos claves, ni por asomo con los que aportan el hecho diferencial a la empresa en cuestión.
Este símil intenta evidenciar el error de planteamiento de la mayoría de padres que tienen hijos en situación de fracaso educacional.
En Andalucía tenemos un nivel de fracaso educacional muy preocupante. Las causas podemos encontrarlas en un deficitario sistema educativo, profesores con capacidades aunque poco motivados—la rebaja de sueldo afecta de lleno al cuerpo de funcionarios dedicados a la docencia—, sucesivas reformas educativas, entre otros problemas a destacar.
Los padres que tienen un/a hijo/a con fracaso escolar casi siempre buscan el problema en otros y nunca en ellos mismos, cuando deberían hacer examen de conciencia y pensar que algo han tenido que hacer mal. A renglón seguido ponerse manos a la obra para conseguir que su hijo/a adquiera el nivel de resiliencia necesario para afrontar el problema. En paralelo, definir nuevas estrategias y un plan de acción efectivo, por supuesto consensuado. De principio provocar un cambio de actitud e iniciar una nueva etapa constructiva para el/la niño/a, pues siempre se puede recuperar el tiempo perdido.
Los padres no pueden tirar la toalla en ningún momento ni situación, por difícil que ésta sea. La misión trascendente que tienen los padres es asegurarse la formación y educación adecuada de sus hijos. Este asunto debe estar el primero en el ordinal de prioridades, y por antonomasia el asunto estrella en el seno de las familias. Por desgracia, los padres con hijos en situación de fracaso escolar suelen confundir preocupación con ocupación. Ocuparse es implicarse, y eso conlleva más entrevistas con el tutor, participar en la mayoría de los actos del colegio: fiestas, teatros, actividades deportivas, etc. Y a su vez, el colegio debe incentivar una mayor interacción con los padres también. Por ese camino los padres obtendrían un mejor “feedback” de lo que acontece en el colegio y en el entorno de sus hijos. Hablamos de niños/as que están formándose como personas, por esa razón las notas y calificaciones en general son sólo un indicador más, no el único a valorar. Hay otros factores a tener en cuenta que ayudaran a forjar el carácter y el desarrollo físico y psíquico de los alumnos; en definitiva personas con valores. Además, inculcarles el esfuerzo personal como vehículo de satisfacción y superación individual, y así evitar que caigan rendidos ante el primer revés que supone fracasar como alumno.
Como corolario decir que es la formación y la educación el único camino para alcanzar la felicidad plena y sostenida.
Haz clic en la imagen, para ver el artículo semanal publicado en la Opinión de Málaga.
Presidente ejecutivo Novasoft
Presidente del Consejo Social de la Universidad de Málaga
Presidente ejecutivo Fundación Manuel Alcántara
Presidente ejecutivo Fundación Manuel Alcántara