La semana pasada tuve el grandísimo honor de ser el presentador de un ponente de excepción, don Manuel Alcántara, en el reputado Foro Mediterráneo en Málaga. Tuvimos los allí presentes la suerte de escuchar al maestro declamando sobre el humor. No obstante, este foro suele ser un punto de encuentro donde se habla básicamente de empresa, economía, crisis, gestión… En ese sentido, nos podemos preguntar qué pintaba allí Manuel Alcántara dando una conferencia. Pues bien, debo decir que ha sido la mejor conferencia que he podido escuchar, y doy fe de que ése fue el comentario de pasillo de la mayoría de los asistentes al acabar. Se consiguió algo que en estos tiempos no suele producirse a menudo: la risa. Pero no una risa facilona, todo lo contrario, surgía de los espectadores de forma sincera y espontánea, obligándote a estar muy atento y expectante, algo que no suele suceder con muchos ponentes; sin embargo Manuel es capaz de hacer que su público quede absorto ante lo que cuenta. En definitiva, nos dio una lección a todos los presentes de saber vivir poniendo en valor la amistad y encontrando el verdadero pulso a la vida.
Abrió su intervención haciendo un juego de palabras tan característico en él, llamando «estimados forenses» a los que formamos el foro de empresarios y ejecutivos, arrancando así la primera risa al unísono del público. A renglón seguido nos dijo que hay que tener mucho cuidado con no ser pesado, abundan los plúmbeos. Nos habló de humor, de boxeo y de sus pasiones. Dijo de él mismo que es un modelo del 28, apuntando así su año de nacimiento. Dio un repaso magistral sobre la literatura de humor, y entre otras reseñas citó a Garcilaso: «¿Dónde vas, pluma mía, que a la sátira me llevas?». O al ocurrente Manuel del Palacio en su epigrama diálogo al vuelo cogido en el baile de Menchaca: «Oriénteme usted, querido; ¿Quién es esa horrible vaca que al pasar le ha sonreído? Se lo diré, caballero; es doña Julia Terrón, hija del duque de Ampuero, y madre de este ternero que está a su disposición». O frases tan magníficas que nos recordarán a Manuel siempre: «con el alcohol soy muy ecléctico, incluso me gusta el Anís del Mono».
En el papel que me tocó jugar introduje al personaje relatando su extensa vida, obra y «milagros» de un gran escritor y periodista que ha gozado y goza de la libertad de acostarse tan tarde como quiera y levantarse a la hora que le venga en gana. Esa libertad que hoy a sus ochenta y dos años sigue disfrutando, y que es una de las cualidades que más admiro de él, y por qué no decirlo, que envidio de forma sana. Además, parece disfrutar de una suerte de palingenesia increíble a su edad, seguramente trasmitida a través de un prodigioso poder genésico que le hace mantener una salud de hierro. Por ello, derrochó vitalidad y genialidad en todas y cada una de las respuestas que dio a las preguntas que el público le hizo en los postres.
En fin, ya para terminar sólo me queda agradecer y felicitar al Foro del Mediterráneo, y a su presidente don Felipe Romera, por la magnífica iniciativa de invitar a este gran ponente que nos ha permitido recuperar la fe en la risa como terapia frente a la cruda realidad que vivimos.
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Presidente ejecutivo Novasoft
Presidente del Consejo Social de la Universidad de Málaga
Presidente ejecutivo Fundación Manuel Alcántara