Andalucía 10

La semana pasada fui un oyente de los muchos que asistimos al acto organizado por la Junta de Andalucía en Madrid. Reconozco que me emocioné como andaluz al escuchar hablar a los ponentes invitados al acto, dos investigadores y un egregio empresario. Desde luego no hay que ocultar que el objetivo que se perseguía se consiguió con creces. El desiderátum que se propusieron los organizadores no fue otro que enterrar los viejos tópicos por los que se sigue conociendo a Andalucía y a su paisanaje. El que más ayudó a cambiar esa imagen distorsionada fue el ponente empresario, fundador de la firma Ayesa, con una disertación soberbia que rezumaba pasión por Andalucía y por su empresa. Pero si algo debo resaltar de su intervención fue que no usó un papel y desarrolló un discurso muy bien hilado y cargado de vitalidad e ilusión. Simplemente brillante. Sin duda, los mejores embajadores que pueden tener Andalucía en estos momentos son los empresarios que están dedicándose en cuerpo y alma a su empresa, llevando a cabo una gran obra y un gran servicio a su comunidad y a su país. Este empresario por antonomasia, D. José Luis Manzanares, es un buen ejemplo para representar a esa Andalucía emprendedora que, le pese a quien le pese, existe. Él tuvo a bien contarnos cuál es el factor clave de éxito de cualquier empresa, y no es otro que la actitud que deben tener empleados y directivos a la hora de ilusionarse con lo que hacen día a día. Al fin y al cabo ese orgullo de pertenencia fue lo que se pretendía reclamar en Madrid, sobre todo frente a los medios de comunicación allí desplegados para tal ocasión.

No hay que confundirse, los Empresarios (en mayúsculas) no se deben a ningún partido, sólo mantienen un compromiso férreo con su empresa. Por eso, cuando nuestras instituciones nos reclaman a la hora de defender los colores de nuestra bandera, todos deben hacer un hueco en su agenda. Sin embargo, ese día eché en falta a muchos representantes políticos, agentes sociales y económicos. Sé que es una práctica bien arraigada en nuestra Andalucía el manejar el valor de la oportunidad, y ante un gobierno débil y con las encuestas en contra lo mejor es que no te vean cerca de él, vaya que la imagen de uno no salga bien parada. Este hecho evidencia que aún en Andalucía nos falta madurar como pueblo. La Junta de Andalucía es la institución que creamos todos los andaluces, hoy gobernada por un partido y mañana los andaluces dirán con su voto quién debe conducir la nave andaluza… Pero ante todo, respeto por las instituciones y a quiénes en cada momento las gobiernan, debido al ejercicio democrático. En mi caso, además tengo el honor de haber sido galardonado con la Medalla de Oro de Andalucía, otorgada por el Parlamento andaluz. Esta medalla me ‘obliga’ a arrostrarme por Andalucía en cualquier lugar y situación. Concretamente, al terminar el acto coincidí con una buena señora en el guardarropa, donde me hizo un comentario sobre que si en Andalucía los pueblos siguen sumidos en sus tradiciones; a lo que la respondí que bendita situación. Un territorio que mantiene sus tradiciones es un valor a resaltar, y este hecho no está reñido con el desarrollo de las tecnologías y la nueva economía.

Andalucía 10

Artículo semanal publicado en la Opinión de Málaga.

Francisco Barrionuevo
Presidente ejecutivo Novasoft
Presidente del Consejo Social de la Universidad de Málaga
Presidente ejecutivo Fundación Manuel Alcántara