El Real Decreto-ley para pagar facturas

El Congreso de los Diputados convalidó con una amplia mayoría el Real Decreto-ley que articula el mecanismo de pago de facturas atrasadas de ayuntamientos y comunidades autónomas. Para ello se habilitará un crédito sindicado bancario con un volumen en torno a 35.000 millones de euros (incluidas Comunidades Autónomas). Sin duda, la mayor operación de refinanciación realizada en España.

Este crédito sindicado estará avaIado por el Tesoro Publico y, a su vez, contara con Ia  contragarantía sobre la participación en los ingresos del Estado de los ayuntamientos. Para llevar a cabo esta macro operación, el Ministerio de Economía y Competitividad creara ex profeso un Fondo para la Financiación de las Administraciones Territoriales (FFAT), y tendrán para devolver este préstamo diez años, con dos de carencia. El coste del crédito será muy similar al de otras operaciones avaladas por el Estado, aplicándose un recargo máximo de 115 puntos básicos sobre Tesoro. Podemos estar hablando de que el interés rondaría el 5 por 100.

Vaya por delante mi agradecimiento al Ministro bienquisto Montoro por el hecho de que se haya preocupado, y sobre todo ocupado a la hora de que los proveedores de las Administraciones Publicas (AA.PP.) puedan cobrar de una tacada Ia abultada deuda que soportan de manera estoica y resignada. Sirva este RD como ungüento lenitivo para las empresas proveedores y sus empresarios al frente.

Ya comenté en otra ocasión que la clase empresarial española esta pasando por un vía crucis ante los impagos provenientes de las AA.PP., y que esta causando deterioros directos e irreparables en el tejido productivo de todo un país. Esta situación anómala transforma empresas solventes y competitivas en entes sin liquidez, con las consecuencias irreparables en algunos casos. Algunos cabezas de huevo, a veces llamados gurús, tendrán la tentación de hacer paralelismo de la situación que viven las empresas con la ley natural de la sobrevivencia del más adaptado de Spencer. Otros más sofisticados pensaran que se trata de un proceso de destrucción creativa, según propugnaba el egregio economista Shumpeter. En efecto la demora inexcusable por parte de las AA.PP. lo podemos llamar de muchas maneras. Pero estarán de acuerdo conmigo de que no tiene nada de creativo. Es simple y llanamente una putada para las empresas, sin más paliativos y en toda regla. Ciertamente este asunto gasta mucha prosopopeya.

Voy a poner como caso practico a Novasoft empresa que lidero y que mantiene una plantilla de 1.345 empleados, actúa como proveedor a nivel nacional de aplicaciones informáticas en gobierno electrónico (e-government), además de otros servicios de externalización que requieren la intervención de tecnólogos y expertos en áreas concretas del conocimiento.

Novasoft sostiene una deuda sin cobrar por parte de las AA.PP. que supera los 25 millones de euros, y por Ia misma se ha facturado a las diferentes AA.PP deudoras de todo el país la friolera cifra de dos millones de euros en concepto de intereses al servicio de la deuda. De entrada, si nos acogemos al plan Montoro -no nos queda otra- deberemos llevar a perdidas del ejercicio en curso estos 2 millones de euros. Podrán comprobar que no es ninguna bagatela. Por el contrario, cuando el empresario se retrasa un mes en pagar los Seguros Sociales o el IRPF, bien que nos cobran hasta el ultimo euro en intereses y sin posibilidad de negociación.

Por tanto, y si nos atenemos a que las empresas que se quieran acoger a esta operación de cobro de sus deudas estarán obligadas a renunciar a los intereses. Sin duda, esto es un abuso de poder y una injusticia -Ubi societas, ibi jus; ibi societas, ubi jus. No hay sociedad sin Derecho. No hay Derecho sin sociedad-.

Ministro, debo decirle que los proveedores de las AA.PP estamos cosidos a intereses por la banca, que se aprovechan de la debilidad de las empresas ante Ia falta de liquidez, producida en gran medida por la demora de pagos de las AA.PP., obligando así a las empresas a tener que acudir a la banca para financiar el circulante de clientes: eso sí pagando un alto precio por ello. Paradójicamente es Ia banca quien financiara en mayor medida esta macro operación. ¡La banca siempre gana!

Aprovecho la ocasión para que los lectores entiendan lo que cuesta ganar un concurso público en un mercado de competencia perfecta, donde has tenido que batirte en duelo con más de una veintena de competidores duros y agresivos, entre los que se encuentran multinacionales extranjeras y españolas, además de grandes empresas nacionales y pequeñas regionales del sector TIC.

Antes de ganar un concurso has debido de presentar diez de ellos -Ia ratio de éxito suele estar en torno al 10 por 100-, pero antes se desecha muchas licitaciones al no haber un posicionamiento previo de la empresa.

Cada licitación que se obtiene, no es gratuita, pues en la mayoría de las ocasiones hay que jugar bien las cartas, a tenor de las peticiones que vienen recogidas en el mismo pliego, y así obligarte a aplicar una suerte de descuentos a través de bajadas de precios y mejoras que te permitan aumentar las posibilidades de ser el adjudicatario. Una vez ganado el proyecto, y perdido un minuto en festejarlo, comienza el trabajo duro. Si no surgen imponderables, y todo se encauza bien desde el principio, el proyecto se acaba sin desviaciones, aunque la tónica habitual es que haya crisis en los proyectos, presiones del cliente, ergo desviaciones negativas.

AI final todo se termina solucionando, no sin antes haber sacrificado más horas de lo estipulado con el consiguiente esfuerzo de los trabajadores adscrito a los proyectos. Por fin, y después de muchos tiras y aflojas se consigue el acta de fin de proyecto. A partir de ahí comienza la fase de garantía y posventa, pues no olvidemos que la AA.PP. mantienen un aval del proveedor que no lo devuelve hasta que no haya expirado la garantía del proyecto.

En materia de flujo de caja, la evidencia empírica nos lleva a pensar que la mayoría de los proyectos tienen un flujo de caja negativo, esto nos obliga el tener que ir poniendo dinero de la caja o pedir prestado a los acreedores financieros, para así poder pagar a proveedores y trabajadores Iigados al proyecto.

Como podrá apreciar Ministro, es fácil avizorar que Ia deuda que soportamos las empresas proveedoras de las AA.PP. no nos ha tocado en suerte de herencia, se ha ganado con muchos sacrificios y esfuerzos, amén de tener que pagar altos intereses a la banca para financiarla. Entonces, ¿por qué? no se paga la totalidad de la deuda como nos corresponde en Iey a los proveedores mediante esta macro operación? Que sepamos las deudas siempre se han pagado en España de forma consuetudinaria, a veces tarde pero con intereses y sin descuentos, como Dios manda y sin que hubiera hecho falta ningún RD Iey.

Artículo publicado en El Mundo.

El Real Decreto-ley para pagar facturas

Francisco Barrionuevo

Presidente ejecutivo Novasoft

Presidente ejecutivo Fundación Manuel Alcántara