Como empresario me entristece ver como el buque insignia empresarial en Andalucía Abengoa, ha entrado en una deriva muy peligrosa. Se ha abierto en canal en el día de hoy cuando sus administradores han invocado el artículo 5 bis de la Ley Concursal. ¿Verdaderamente Abengoa es demasiado grande para caer? Como reza el título de este artículo. Espero que sí, y no porque tenga un pasivo que apabulla, sino por su capacidad de generación de valor.
Haciendo un análisis somero de sus cuentas y estructura de balance, debo decir a tenor del informe que presenta a 13 de noviembre de 2015 la empresa, y que tiene publicado en su página web, que su cartera del negocio de ingeniería y construcción (E&C) se situó en 8.786 M€, similar a la cartera de finales del trimestre anterior. Otro factor muy importante que demuestra el compromiso de sus gestores es la reducción de su deuda bruta consolidada en 1.371 M€ respecto al 31 de diciembre de 2014. Un dato muy positivo y a valorar. Pero sobre todo me quedo con la cartera de pedido que da señales de una fortaleza inequívoca, y a pesar de la situación de crisis interna que lleva meses desviando la atención de sus gestores. Sin embargo, el indicador financiero que más debe preocupar a los acreedores sería que la empresa a septiembre de 2015 ha generado un flujo de caja libre negativo de más de 500 millones. Esto habría que analizarlo en profundidad, pues a buen seguro se arreglaría si se reestructura su deuda, y además podríamos inferir sin equivocarnos, que es la concausa del cash flow negativo. En efecto, conviene recordar lo que nos dijo el profesor Pablo Fernández del IESE: “El beneficio es sólo una opinión, pero el cash flow es un hecho”.
Si hay algo que debemos valorar de Abengoa sería el nivel de internacionalización y de penetración en mercados exteriores con fuertes barreras de entrada. Me refiero a la presencia de Abengoa en Estados Unidos, donde produce alrededor del 30% de sus ingresos. Y si a todo esto le sumamos su fuerte presencia en los países latinoamericano, con un peso de sus ingresos del 35%. Así, que, los que sabemos lo que vale un peine a la hora de hacer negocios en estos países, valoramos el peso de una marca como Abengoa y su posicionamiento. Este intangible no está recogido en los balances, pero si tuviéramos que ponerle un valor seguramente contrarrestaría su pasivo.
Esta mañana nada más anunciar Abengoa su situación preconcursal el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha instado al gobierno de la nación a “buscar una salida” a dicha empresa, vía financiación del ICO, etc. Espero que esta petición no sea un brindis al sol, y que el gobierno y los partidos dejen de discursear y den un paso al frente en defensa de esta empresa estratégica del país, pues al igual que se ayudó a bancos y cajas por el riesgo sistémico, deben apoyar a la multinacional Abengoa, pues sino caerá como un castillo de naipes, y ante la incredulidad de todos los andaluces que verán cerrar su empresa bandera.
Ciertamente, la alternativa más plausible debería ser que los ejecutivos de los bancos acreedores de Abengoa vean más allá de sus viseras, y se dejen de tocar sus tirantes y apoyen sin ambages a esta empresa. Aunque sea por interés propio, ya que como la dejen caer darán una patada en la boca de sus cuentas de resultados, y esto también traerá cola y hará que esos bancos tengan que digerir unas pérdidas de campeonato. No se hagan los duros y asuman su nivel de responsabilidad como grupo de interés de esta empresa en dificultades, y la forma más directa será canjeando deuda por acciones. No hay otra, deben hacerse con el control de la compañía, al igual que ocurrió con Pescanova. Además, se me antoja una importante quita y espera de las deudas vencidas. Esta debe ser la solución que hay que trabajar, y así confiar que el sentido común impere por el bien de esta empresa y de sus grupos de interés, sobre todo de sus trabajadores.
Andalucía no se puede permitir perder esta gran empresa y sus miles de puestos de trabajo directos e indirectos. Sería un drama social de proporciones insoportables para esta economía tan frágil que ha visto cientos de defunciones empresariales, en muchos casos debido a la contumacia de sus bancos acreedores.
Francisco Barrionuevo
Consejero delegado Novasoft/Novaschool
Profesor de Economía ESO/BACH
( El Mundo, Noviembre de 2015)
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